3. RUTAS, CAMINOS Y VEREDAS


            3.1.      Rutas prehispánicas

Los caminos, rutas y senderos son vías de comunicación que responden a la exigencia que tiene todo ser humano de crear vínculos con otros individuos. Los caminos son ejes articuladores de procesos históricos; en el  México prehispánico jugaron un gran papel en la creación de las grandes culturas mesoamericanas.
            En la antigüedad existían dos tipos de caminos; los primeros servían para permitir el acceso de gente y objetos en un área específica, los segundos eran recorridos de larga distancia que  conectaban a distintas zonas, los cuales tenían el propósito principal de conectar a las principales metrópolis de Mesoamérica. La ciudad de México por estar ubicada en el centro del país se convirtió en el punto nodal que enlazaba a esas grandes ciudades.
            Los caminos tomaban su nombre de acuerdo a determinadas características. En náhuatl se le conocía como uhtli a todo aquello que podía recorrerse.
            Había gente especialmente entrenada para circular los caminos largos; según las condiciones del clima y el tipo de terreno, recorrían diariamente hasta 25 km y podían cargar poco más de 20 kg de mercancía. A estas personas se les conocía en náhuatl como tlameme. También había pochtecas o comerciantes a distancias y los painanime, mensajeros y recolectores de tributo ubicados a lo largo de los caminos; a cada 11000 metros aproximadamente se hacía el relevo, de forma que cada uno pudiera recorrer grandes distancias en un solo día a una velocidad promedio de 22 km/h. 
            Es probable que las primeras rutas hayan sido establecidas en la etapa lítica por los primeros grupos seminómadas que llegaron al país, sin embargo, los arqueólogos han hallado una variedad de objetos pertenecientes a la cultura Olmeca por toda Mesoamérica;  evidencia que demuestra que las distintas culturas del país ya habían consolidado una estrecha relación de intercambio desde el periodo preclásico. Los caminos creados durante esta fase se fueron convirtiendo en ambicionadas rutas a las que se buscó por todos los medios controlar, ya que implicaban el dominio comercial y político de un grupo sobre otro.

            3.2.      Rutas de Oaxaca

En el periodo Preclásico, la ruta cultural olmeca fue la más importante; iniciaba en el Golfo de México, cruzaba por el Istmo de Tehuantepec y continuaba rumbo a Centroamérica.
            Gracias a los códices hoy en día conocemos los lugares dominados por los Mixtecos y Zapotecos.
            Durante el esplendor de las grandes ciudades del clásico, la ruta zapoteca partía desde Monte Albán y se ramificaba hacía al Golfo de México, a la Península de Yucatán y a la costa del Pacífico.
            La región Mixteca también era de gran importancia, ya que por allí pasaban la ruta comercial hacia la zona del Soconusco, lugar a donde llegaban artículos traídos por los mayas, vía marítima, de Centroamérica. Para llegar al Soconusco sólo existían dos rutas que se utilizaban según la temporada: una salía de Tuxtepec con dirección a Tlaxiaco, ubicada en la región mixteco-zapoteca (época de lluvia); y la otra atravesaba Tehuantepec con dirección hacia Tuxtla (época de sequía). Los aztecas viajaban constantemente hacia el sur en busca de oro, plumas, cacao y jade. Para que el trafico a esta zona fuese abierto a los intereses a sus intereses era imprescindible la conquista de mixtecos y zapotecos.
            Pronto la región mixteca, con excepción del señorío de Tututepec, se sometieron al dominio azteca, pero conservaron a su región como un importante punto comercial. Entre los pueblos productores y comerciantes más importantes estaba Yanhuitlán, Teposcolula, Tamazulapan, Coixtlahuacan, y Nochixtlán. 
            Yanhuitlán enviaba granos y frutos más allá de Guatemala; Nochixtlán era un pueblo de comerciantes; Coixtlahuaca, Tamazulapan, Teposcolula y Nochixtlán diversidad de productos: grandes cantidades de mantas finas de algodón, jícaras o medidas de polvo de oro, sartas de piedra verde finas (jade), plumas de ontzontliquetzalli y zurrones de grana. Los tributos animales se componían de pieles de venado, conejo, gato montés, marta, puma, jabalí, jaguar y zorra. Además, la mejor grana cochinilla se producía también en la Mixteca. Todo parece indicar que en la Mixteca el comercio estaba bien organizado y era una actividad primordial en la vida económica de sus habitantes.
            Las tácticas expansivas del imperio azteca cimentaron las grandes rutas de Mesoamérica; en primer lugar por el tributo que recibían de los pueblos conquistados y en segundo lugar porque esa sujeción representaba la conquista del comercio. A partir de allí Oaxaca se dividió en dos: los pueblos mixtecos sujetos al imperio Azteca y los pueblos zapotecos que se continuaban resistiéndose al poder de la Triple Alianza.
            A pesar de la caída de la gran Tenochtitlán, las rutas de comercio y de intercambio prehispánico fueron utilizadas por los conquistadores y órdenes religiosas en sus exploraciones y en el proceso de colonización. 
            El trazo de la mayoría de las carreteras del estado de Oaxaca, geográficamente hablando, constituye las entradas naturales. En la actualidad se siguen transitando por los mismos caminos que trazaron los primeros pobladores y que conectaban grandes centros ceremoniales y comerciales, sin embargo, es posible que existieran otras veredas que comunicaban a los mercados y poblados de menor importancia. 


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